Estoy oyendo muchas quejas sobre esta nueva temporada de THE WALKING DEAD con gritos que oscilan entre "aburrida", "lenta", "no ocurre nada", "dónde están los zombies?"... en fin, yo debo de ser un bicho raro porque hasta los episodios que todo el mundo ha puesto a caldo a mí me han parecido soberbios. No me hace falta ver tripas y gore a mansalva para estar entretenido (que también me gusta, eh?) pero es que cada capítulo me parece que encierra un significado mucho más profundo de lo que aparenta a primera vista. O igual soy yo que estoy medio flipado, también puede ser...
Pero bueno, el mensaje central que nos parece transmitir esta temporada es que los zombies son lo que menos miedo dan y que de lo que realmente debemos de tener miedo en caso de apocalípsis es de la condición humana. Boquiabierto me he quedado con el episodio de la pequeña Lizzie (Brighton Sharbino merece un premio ya!) y la resolución de la historia a manos de una frozen (y maravillosa) Carol (Melissa McBride).
También es un gustazo ver lo mucho que ha evolucionado el personaje de Mishonne (Danai Gurira) al igual que el hijo de Rick, Carl (Chandler Riggs), que ya está hecho todo un hombrecito con un lado muy "darks" y la sorprendente química entre uno de los personajes que más pereza me dan Daryl (Norman Reedus) y la adorable Beth (Emily Kinney) y tengo que decir que hasta se me escapó alguna lágrima cuando se produjo uno de los encuentros más esperados (tranquilos, que yo no hago spoilersss!).
En cuanto a la season finale, pues tengo que decir que es de las más flojas hasta el momento y que carece por completo del factor shock. Aún así me muero de ganas de que llegue la próxima temporada. Laaaaarrgggaa vida a los zombies!
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