Cuando uno va a ver una película de catástrofes naturales debería hacerlo sabiendo que no va a ver actuaciones estelares ni un guión que no se hubiera visto antes (El Día de Mañana, 2012...) y simplemente disfrutar con las penurias y las desgracias ajenas de unos personajes que lo pasan realmente prostitutas para lograr un final feliz.
SAN ANDRÉS es todo ello y más. Para empezar tenemos unos efectos especiales que nos dejan con la mandíbula en el suelo ante semejante realismo (obligatorio ver en fascinante 3D!). Los terremotos ponen los pelos de punta (más que nada porque sabemos que se pueden producir en cualquier momento y lo que hoy es ficción mañana es portada de periódicos) y nos meten de lleno en un mundo caótico y terrorífico. Y claro, después de cada movimiento sísmico llega la estocada final a modo de mega tsunami enfurecido que deja a Lo Imposible como un charquito en la orilla.
Estamos ante dos horas de película que se pasan en su verdadero suspiro y que nos mantienen agarrados a la butaca durante todo su metraje al grito de "JJoooooOOOooodEEEEeeeerrrrRRrr!!!!".
Sobre su reparto podemos destacar a la Wayword Pines Carla Gugino, a las guapísima Alexandra Dadario (vista en la saga Percy Jackson) y el cameo absurdo de Kylie Minogue, que no sabemos a qué viene pero siempre es un gusto verla. Colton Haynes (el buenorro de la serie Arrow) tampoco es que tenga un papel muy extenso. Una pena!
En fin, el verdadero efecto especial en todo esto es ver emocionarse a Dwayne Johnson, donde muestra que las rocas también saben llorar (o al menos lo intenta).
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