Ya han pasado 2 días pero una noche así es muy difícil de olvidar. También es muy complicado contar con palabras cómo fue el concierto porque con MADONNA todo son sensaciones: Vista (esas pantallas de última generación), Oído (ese pedazo de repertorio), Olfato (el particular olor de la multitud), Gusto (la emoción era tal que se podía saborear) pero sobre todo Tacto (los bajos de los potentes altavoces ponían los pelos de punta). MADONNA dio todo lo que se podía esperar de ella pero con ese toque extra-especial que sólo ella sabe dar. Apareció más delgada que de costumbre pero con un cuerpo rozando la perfección. Derrochó energía a raudales y una personalidad más radical (incluso llegó a escupir a un fan!) pero sobre todo destacan sus coreografías impecables y sus soberbios bailarines. Repito lo anterior....un concierto de Madonna no se cuenta....se vive....y si es en un sitio tan precioso como Sevilla, mejor que mejor!
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