MUJERES EN MANHATTAN (prefiero su título original LIPSTICK JUNGLE) se vendió al público como la nueva Sex & The City por el simple hecho de compartir autora (Candace Bushnell), de tener mujeres como protagonistas y de estar ambientado en la maravillosa ciudad de Nueva York, pero el producto no puede ser más diferente, de ahí que no haya cuajado en la parrilla televisiva y se cancelase precipitadamente en su segunda temporada.
El tono general de esta serie pretende ser más dramático y serio, pero su edulcorado guión no da mucho juego quedándose a medias en todo y dando la sensación de que no ocurre nada (como que introducen un personaje gay muy mono que aporta cero a la historia).
Su mejor baza sigue siendo el reparto ya que las chicas consiguen hacer que sus personajes evolucionen y se hagan querer. Tanto la ejecutiva Nico (Kim Raver), la dulce Victory (Lindsay Price) y la madraza Wendy (Brooke Shields) están estupendas en sus papeles pero ante un guión insulso no se puede hacer mucho más.
Aún con todos sus incovenientes, no es una serie que se haga pesada ni agobiante. Se deja ver pero no pasará a la posteridad (ni tendrá secuelas cinematográficas).
El tono general de esta serie pretende ser más dramático y serio, pero su edulcorado guión no da mucho juego quedándose a medias en todo y dando la sensación de que no ocurre nada (como que introducen un personaje gay muy mono que aporta cero a la historia).
Su mejor baza sigue siendo el reparto ya que las chicas consiguen hacer que sus personajes evolucionen y se hagan querer. Tanto la ejecutiva Nico (Kim Raver), la dulce Victory (Lindsay Price) y la madraza Wendy (Brooke Shields) están estupendas en sus papeles pero ante un guión insulso no se puede hacer mucho más.
Aún con todos sus incovenientes, no es una serie que se haga pesada ni agobiante. Se deja ver pero no pasará a la posteridad (ni tendrá secuelas cinematográficas).
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