Con esta segunda temporada ARROW ya puede decir que se ha consagrado como uno de los eventos a seguir fervientemente por nosotros, los fans del universo DC y no sólo por lo carismático que resulta su guapísimo protagonista Stephen Amell, que es el verdadero corazón de la serie (y un gustazo de ver sin camiseta), sino por su multitud de tramas inteligentes, dinámicas y sus ganas de sorprender al espectador. Cada capítulo es un derroche de acción, adrenalina y misterio con cliffhangers de infarto que te dejan al borde del sofá de tu casa.
En esta ocasión nuestro adorado Green Arrow desvela muchas más incógnitas de su paso por la isla (con sus famosos flashbacks) que tendrán trágicas repercusiones en su vida y en la de todo quien le rodea. Se alzará uno de sus peores enemigos hasta la fecha con ayuda de la misteriosa droga mirakuru, sustancia que le hará la vida imposible a otro de los guapos (Colton Haynes). Habrá reapariciones milagrosas, revelaciones sorprendentes que cambiarán para siempre la vida de los protagonistas (y si no que se lo pregunten a Willa Holland, alias Thea Queen) y la presentación de un superhéroe muy relevante que ya tiene su spin-off: The Flash!
Todo ello aderezado con un poco de la mítica Summer Glau (Firefly, Dollhouse, La Crónicas de Sarah Connor) en un personaje que, aunque mola, se queda un pelín desaprovechado. Y como viene siendo habitual, la season finale es de quitarse el sombrero. Progresa adecuadamente, sí, sí...
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