Las vacaciones han llegado a mi vida y con ello el tiempo libre. No he podido empezar de mejor manera que ventilándome la tercera temporada entera de ORANGE IS THE NEW BLACK. Sus 13 capítulos me han sabido a gloria bendita y dejándome con ganas de saber mucho más sobre el pasado, presente y futuro de las presidiarias más televisivas.
En esta nueva tanta de episodios se descubre mucho más sobre los personajes y de los motivos por los que han llegado a ocupar una cama en la cárcel de Litchfield, pero también hay cabida para caras nuevas que prometen dar mucho juego. Las cosas se ponen cada vez más peligrosas para la protagonista Piper Chapman que se ve inmersa en una espiral á la breakingbad, a la vez que intenta esquivar las puñaladas traperas de sus compañeras. Surgen nuevos amores, se producen varias rupturas, una boda, amistades inesperadas, sorprendentes oportunidades de negocio, una nueva religión y varias escenas sobrecogedoras con respecto a dos de las inmates más queridas.
En resumen, sigue siendo todo un placer de serie que aún no ha mostrado signos de agotamiento. Su surreaslista season finale nos prepara para una cuarta tempodada cargada de sangre fresca en todos los departamentos. La esperamos con los brazos abiertos.
Ahora, con vuestro permiso me voy a la piscina que este calor infrahumano no hay quien lo aguante. ;-)
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