Hoy en día ya es difícil que una serie se alargue durante tantos años pero que aún mantenga el interés es casi un milagro televisivo. Así es como llevamos ya 11 temporadas de ANATOMÍA DE GREY (y recién comenzada la 12!) y disfrutando como siempre de cada historia, de cada trama, de cada operación quirúrgica, de cada personaje viejo o nuevo... pocas series aportan tanto con tan poco.
Su creadora Shonda Rhimes vuelve a marcar un punto de inflexión dramático que pone la vida de Meredith Grey patas arriba tras un evento que revolucionó la red de tal forma que era imposible evitar el mega spoiler (yo por supuesto que me lo comí entero...). Pero la temporada dio para mucho más: una épica operación con mi adorada Geena Davis (Thema & Louise, Beetlejuice) como protagonista, un embarazo problemático para la pareja perfecta Kepner/Avery, un nuevo amor para la hermana de Derek, una nueva hermana para Meredith, un reto profesional para Bailey y vidas separadas pero cordiales para Torres/Robbins.
En definitiva, siempre es un gustazo volver al Grey Sloan Memorial Hospital de Seattle.
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