Mientras casi todo el mundo pone a caldo la primera aventura en solitario de Lobezno, personalmente a mí me entretuvo bastante porque tenía acción a raudales, efectos especiales y muchos mutantes variopintos. Pues en esta secuela LOBEZNO INMORTAL también tenemos escenas de acción (aunque muchas menos...) y los mutantes se pueden contar con los dedos de una mano por lo que no pude evitar sentirme un pelín decepcionado. Aún así no estamos ante una mala película, ya que cumple con su cometido que es entretener viendo al X-Men más carismático en su aventura japonesa.
Un ultravenoso y ciclado Hugh Jackman retoma la historia a partir de X-Men 3: La Decisión Final y se nos presenta en su momento más vulnerable al perder su capacidad regenerativa lo que le ocasiona algún que otro problema. Alucinante el momento explosión al inicio y la pelea en el tren bala.
Una pena que hacia la mitad de la película se desinfle un poco con tanto romance absurdo aunque en su trama final remonta para culminar con una escena after-credits apoteósica que nos pone los dientes larguísimos y preparados para la nueva X-MEN: Days of Future Past que llegará en el 2014.
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